Cuando unos “polluelos” como nosotros deciden un día (hace 3 meses) llamar a la puerta de unos “viejos gallos con espolones” ligados a la industria alimentaria desde hace un cuarto de siglo, como la familia Sadornil Castrillo (Quesos de Sasamón), para contarles una idea de colaboración industrial, pensamos que terminarían dándonos con la puerta en las narices.
Cual fue nuestra sorpresa cuando tras escuchar nuestro discurso (dotado de la insensatez propia de la juventud, jajajaja), nos estrechamos la mano y escuchamos “¿Cuando podemos empezar?”
Así da gusto!
¿Porqué Quesos de Sasamón?.
Muchos fueron los motivos. Desde contar con una historia de tesón y perseverancia de más de 25 años, hasta su presencia en mercados de toda España, o que muchos consumidores los identifiquen con un símbolo de calidad o mantener una actividad empresarial que no se detiene ni en fin de semana y que genera nuevos proyectos de forma continua.
Eso nos gustó; y nos gustó mucho.
Compartíamos con ellos la misma ilusión por realizar productos artesanos de muy alta calidad, como sus quesos curados durante un año al estilo de los romanos: en vasijas de barro, donde al queso le brota una verde capa del ‘penicillium roqueforti’, hongo responsable de algunos de los grandes quesos azules de España y Europa.
Y cuando utilizamos el término “colaboración industrial” nos referimos exactamente a eso: Colaborar para crear nuevos productos de forma conjunta.
Bueno, pues tres meses después de nuestro apretón de manos, la colaboración ya ha dado sus primeros frutos.
¿Será una tarta de queso a la espuma de cerveza, una cerveza al “Don Pepito”, una cerveza con sabor a queso, un licor de cuajada, un queso fresco al aroma de lúpulo, …?
Pronto te desvelaremos el resultado del esfuerzo conjunto de dos empresas que piensan que “1+1 pueden ser 3”
#soydolinista