Cata de cerveza artesana: ¿Has pensado alguna vez en degustar una buena cerveza? ¿En beberla tranquilamente, sin prisas, saboreándola, dedicándole el tiempo necesario, a su justa temperatura…?.

¿Has pensado alguna vez en degustar una buena cerveza? ¿En beberla tranquilamente, sin prisas, saboreándola, dedicándole el tiempo necesario, a su justa temperatura…?.
Sin lugar a dudas, las cervezas artesanas pueden ofrecerte mucho más aroma y un sabor mucho más profundo que sus compañeras industriales.Pues eso es lo que piensa este grupo de amigos y amigas que nos han visitado esta tarde en nuestra factoría de Burgos, para realizar una cata.

Cata con amigos Cerveza Artesana Dolina

Esta “tropa” no son de los que piensan que beber una cerveza consiste únicamente en engullirla rápidamente, pensando sólo en refrescarse, y lo mismo les da un tipo de cerveza que otro.

Si tú eres de los que, por error, piensan esto, amigo, te estás perdiendo uno de los mejores placeres de este mundo.

Dedícale el tiempo que se merecen y no te arrepentirás. Y es que no sólo es posible catar una cerveza, es que se trata de todo un ritual.

A su llegada, ya teníamos todo preparado. Elegidas unas buenas cervezas DOLINA Kölsch y Belgian Dubbel para catarlas, las tenemos a la temperatura adecuada y con los vasos apropiados.

Tras las primeras risas y bromas, toca ponerse serios y entrar en materia.

Victor comienza con su charla, repitiendo como un mantra lo de “La cata de cervezas se divide en cuatro apartados: la tirada, la apreciación con la vista, el aroma y el sabor.

Silencio sepulcral en nuestro rincón de catas.

“En la Tirada de cerveza es importante, aunque nada fácil, inclinar el vaso unos 45º para luego enderezarlo al final. La espuma (corona) no debe superar los 2 cm.”, asevera el director de la cata.

Jajajajajaja, todo el mundo preocupado de los números. “Esto serán 45º?”, “¿Cuánto son 2 cm?”. Tranquilos que no hace falta una regla ni nada parecido.

Tras los primeros momentos centrados en inclinaciones y topes máximos, es interesante apreciar el color de la cerveza y de la espuma, prestando atención a sus tonalidades y consistencias, en función de la luz, de cómo son sus burbujas, etc.

Momento de reflexión y de “¿Pero cuando nos lo metemos en el gaznate?”. Tranquilos

Sigamos con el aroma. Aquí es donde entra en juego el vaso pues nos ayudará en este paso. A través del olfato trataremos de identificar el aroma de los ingredientes de la cerveza (hierbas, maltas, cereales, etc.) y la intensidad aromática del alcohol. Y no sólo eso, sino también todos esos aromas que nos evocan recuerdos, sensaciones, etc. Es un aspecto muy curioso de la cata.

Y por fin, el sabor. Podríamos decir que es el aspecto definitivo, aunque todos forman parte de un todo y se complementan. A través del gusto se aprecian los distintos sabores, que variarán en función de las variedades de cervezas. Se puede sentir la malta, el alcohol, las especias, entre otros.
En este punto, recalcamos que existen tres momentos importantes de este paso: el de la primera ingesta, el referido a la “sensación residual” que deja la cerveza en boca y, por último, el “recuerdo” que queda después de haberla bebido. Es difícil identificarlos todos pero, es interesante intentarlo.

Genial!

La gente está disfrutando de la cerveza, del momento de la compañía y (por que no decirlo) de las tapas que alguien se ha encargado de aportar al evento 🙂

Nuestro “pocito de karma” se encuentra en Burgos y está disponible para que te sumerjas en el.

#soydolinista