El comercio de barrio es vida e ir de compras a un mercado tradicional de abastos, de los de barrio de toda la vida, puede convertirse en una experiencia variada y rica.
El Mercado de Antón Martín es un mercado de abastos ubicado en el centro de Madrid, entre las calle de Atocha y Santa Isabel, muy cercano a la Plaza de Antón Martín. Se construyó hace unos 50 años para organizar los antiguos puestos callejeros que se apelotonaban en esta plaza.
Es habitual que estos espacios estén en plena recesión frente a otras opciones como los hipermercados y las grandes superficies.
¿El resultado?. Puestos cerrados y entorno comercial degradado y en muchos casos, abandono.
Pero eso no ocurre en el mercado de Antón Martín. Los actuales comerciantes están apostando por retomar estos espacios (en los que se mezclan parroquianos de toda la vida con caras nuevas) y darles una nueva vida, convirtiendo la fusión y la mezcla de razas, personas y costumbre en un signo de diferenciación de la zona, consiguiendo cierta modernización sin perder su esencia tradicional. Mejora de la comunicación, visibilidad y motivación es el arma que se esgrime para conseguir este objetivo común.
No es raro encontrarse, un día cualquiera, con un concierto, un taller o una exposición entre los pasillos que bordean los puestos. Un momento para disfrutar mientras compras o tomar el aperitivo, degustas algo nuevo o encargar sushi fresco.
¿A qué viene hablar de un mercado de abastos?
Coincidiendo con la presencia de Cerveza Artesana DOLINA en el Salón Gourmet (celebrado en el Ferial Juan Carlos I, Madrid – 10/13 Marzo) tuvimos la enorme suerte de contactar con una joven emprendedora que nos presentó su nuevo proyecto y nos explicó que su negocio estaba ubicado en un tradicional mercado de abastos en el centro de Madrid.
¿Un mercado de abastos? Suena bien, pensamos. Lo “viejo” y lo moderno. Devolver nueva vida a los sitios que todo el mundo supone “en decadencia”.
Rosa CERVANTES, es la emprendedora y “La Cocina Impostora”, su proyecto.
Lo primero que nos llamó la atención de Rosa, fue su enorme sonrisa que resalta entre los escasos metros de su negocio.
“La Cocina Impostora” es un espacio, especializado en gastronomía y diseño. Un lugar de encuentro, con diversas ofertas lúdicas y sobre todo, “ATENCION PERSONAL” (las mayúsculas son intencionadas). En este proyecto, Rosa ha querido mostrar un concepto moderno, pero a la vez muy casero, natural, reflejo de los productos que elabora de una forma muy cuidada.
Si amigos, “La Cocina Impostora”, es un puesto de comida. Tal cual. Ofrece comida elaborada y envasada de alta calidad como alternativa para mejorar el menú diario. Una respuesta de vanguardia que nos acerca a la dieta mediterránea, volviendo a las raíces gastronómicas y tradición culinaria que forman parte de nuestra cultura. Es el resultado de la aplicación de las nuevas tecnologías que hacen posible tener a nuestro alcance platos, como recién hechos, muy caseros, utilizando materias primas naturales. Una cocina sencilla, rápida y a buen precio pero además saludable y segura.
Objetivo = [sin prisas + buena alimentación]
Y por si esto os parece poco (que no creo), Rosa ha apostado por poner a disposición de sus clientes una colección de Artículos de uso cotidiano para una cocina con estilo, lista para cocinillas con personalidad, además de un lugar donde los clientes pueden degustar sus productos, un sitio acogedor, donde se puede tomar un delicioso café, un vino o una cerveza artesana DOLINA con aperitivo y relajado, leer, chatear o esperar a alguien.
Algo muy sencillo, ese es su encanto.
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