¡Hola dolinistas!
En esta nueva publicación del blog de cerveza Dolina os vamos a hablar del que probablemente es el estilo de cerveza más popular del mundo. ¿Quién no se toma una pilsen en una terracita en algún momento? Efectivamente, este tipo de cerveza (bautizada así por la ciudad de Pilsen, en la región de Baviera, en la actual República Checa) es tan popular que incluso podemos decir que es la cerveza rubia por antonomasia.
Denominada de diferentes formas: Pilsen, Plis, Plisner o Pilsener, su origen data del año 1842. Desde entonces, es uno de los tipos de cerveza que más producidos en todo el mundo. Como es habitual en los productos con tradición e historia, la cerveza se elaboraba con materias primas de proximidad: la cebada de Moravia era considerada la mejor malta para hacer cerveza y junto con los lúpulos aromáticos de Zatec y el agua de la ciudad de Pilsen, caracterizada por ser muy blanda y de escaso contenido en calcio; ¡hacían que esta cerveza fuera muy apreciada por los consumidores! Desde entonces ha sido un éxito y la cerveza de cabecera de prácticamente todas las cerveceras del mundo.
Si nos adentramos en el plano más técnico, la pilsen es una cerveza pálida y ligera, con un grado alcohólico moderado. Las levaduras pueden ser de tipo “lager”, caracterizadas por un proceso de fermentación más lento y en temperaturas más bajas, o de tipo “ale”, conocidas como levaduras de fermentación alta: con unos tiempos de fermentación más rápidos y con temperaturas más altas.
Este estilo de cerveza es delicada y ligera, donde la frescura lo es todo; por eso es muy fácil de beber. Sus principales características son: color dorado (más bien pálido), espuma blanca moderada y baja graduación alcohólica (5% vol. Máx.), tiene un aroma a lúpulo que perdura en el paladar en el tiempo y un suave sabor a malta de cebada.
La temperatura ideal para su consumo está entre 6 y 8 grados y se suele servir en un vaso Pilsen o en jarra. Aunque funcione más como bebida para paliar la sed que como compañera de mesa, marida muy bien con platos de carnes blancas como pollo o cerdo, embutidos finos como el chorizo, queso brie o gouda, encurtidos como las aceitunas o las banderillas, pizza o el sushi. En definitiva, es una cerveza todo terreno. Quizás es el motivo por el que es la cerveza de referencia para el cañeo, el tapeo o el poteo (según la zona en la que nos movamos). Su versatilidad es la causa de su éxito.
No obstante, es una cerveza en la que los fallos son muy visibles por lo que el proceso de elaboración debe ser impecable. La limpieza es muy importante en la industria alimentaria en general, pero en la cerveza más, si cabe, y el estilo Pilsen es una variedad en la que el más mínimo fallo puede llevar al traste nuestra cerveza. Para evitar eso, las grandes cerveceras pasteurizan la cerveza acabando con la posibilidad de que la levadura siga trabajando y pueda arruinar la cerveza en caso de que el producto no se conserve en las condiciones adecuadas. Es cierto que con este proceso se estabiliza la cerveza y se tiene la certeza de que no va a ponerse mal, básicamente se ha matado a la levadura que había disuelta en la misma. Pero también es verdad que gran parte de las propiedades organolépticas y nutritivas del producto se pierden. Probar una cerveza artesana y una industrial es suficiente para apreciar la diferencia a todos los niveles: sabor, aroma e, incluso, bienestar digestivo.
Las cervezas artesanas requieren un gran control del producto para evitar que la levadura se reactive o continúe trabajando cuando no debe hacerlo. Es cierto que esto requiere un trabajo extra pero un producto con la tradición e historia de la cerveza, que acompaña tantos momentos disfrutados con los amigos y la familia, lo merece. O al menos eso pensamos en Dolina.
Las cerveceras artesanas que han aparecido en los últimos años no son ajenas a la popularidad de las cervezas pilsen. Es el caso de la Dolina Pilsen, la primera referencia que lanzamos al mercado y que dedicamos a uno de los hallazgos más importantes realizados en los Yacimientos de Atapuerca: el cráneo de Miguelón. Nuestra pilsen destaca por su sabor y aroma a cereal. Si la pruebas, descubrirás a que sabe la cerveza de verdad.
Además del formato de botellín de 33 cl., podemos disfrutar de la Dolina Pilsen de caña en establecimientos de las zonas más emblemáticas de Burgos como la calle San Lorenzo (El Pez de San Lorenzo), la calle Sombrerería (Rincón de Benedith), la plaza Huerto del Rey (La Cestería), calle Colón (El Pez de Colón), calle Santa Clara (El Pez de Santa Clara) o en la calle Vitoria (Bar Nuevo Reno). Dolina está triunfando entre la gente, prueba de ello es que hosteleros de fuera de la ciudad se han decidido a instalar cañero de esta cerveza artesana burgalesa, como es Gastroteca La Cava, ¡en Lerma!
Esperamos que esta publicación te haya resultado interesante. Si tienes alguna duda sobre este estilo de cerveza, ¡deja un comentario e intentaremos resolverlo! Recuerda que nos encanta leer tus comentarios y saber de ti ¿Qué te parece la cerveza estilo pilsen? ¿Cuál es el mejor momento para disfrutarla? ¿De qué te gustaría que hablásemos en próximas publicaciones?
¡Salud dolinistas!